viernes, 5 de octubre de 2012

Tae kwon do



Uno charla de la vida y surge la típica pregunta “¿Qué haces de tu vida?” que tiene múltiples respuestas, en mi caso, y en este particular momento, “Estudio y entreno”, respuesta que inevitablemente engendra otra pregunta “¿Qué estudias y que entrenas?” Y de nuevo mi respuesta, “Profesorado de Lengua y Literatura y Tae kwon do” Y he aquí la respuesta fácil, que resulta tan irritante “Ah, me tengo que portar bien o me vas a pegar” o “Ah, hay que tener cuidado con vos”. Y ahí nomas el que entrena de verdad, que pone el cuerpo y el corazón en cada ejercicio, se indigna ¿De dónde diablos, saca la gente que los taekwondistas, son violentos que andan pateando a todo el que se le cruza? Este es un estereotipo frustrante, que esta alejadísimo de la realidad. Contrario a lo que puede pensarse no es tirar patadas al contrincante y “ver que pasa” es un deporte que, bien entendido, inculca grandes valores en sus practicantes, comenzando por los cinco principios del Tae kwon do:
• Cortesía: dentro y fuera del Dojan, con el Sabon, los compañeros y los contrincantes.
• Integridad: uno tiene que distinguir lo correcto de lo incorrecto y ser capaz de redimirse.
•Perseverancia: solo trabajando duro, y siendo constante uno puede llegar a sus objetivos
• Autocontrol: para poder superar a cualquier  contrincante, primero hay que dominarse a uno mismo.
• Espíritu Indomable: Nunca dejarse caer.
De estos principios fundamentales entendemos que ser taekwondista implica ser disciplinado y perseverante, que aunque algunas veces después de las clases el cuerpo duele, siempre se disfruta y con el tiempo se va el dolor y empiezan a picar los músculos cuando no entrenamos. Aprendemos no solo a patear, esquivar y defendernos, sino que detrás de nuestro deporte, hay miles de años de entrenamiento y evolución, que si uno vive realmente el deporte, con amor y dedicación, los contrincantes se vuelven grandes amigos. Nos enseñan que, aunque al tatami entra uno solo a pelear, el nuestro es un deporte de equipo, porque sin los compañeros que entrenan con uno, que nos ayudan a corregir errores técnicos y algunos espirituales, que nos alientan  y llenan de confianza a la hora de competir  y  que, de vez en cuando nos pegan un poquito, uno no puede crecer.
Haciendo un análisis de los casi cuatro años que llevo entrenando veo que mi cuerpo cambio, los músculos de las piernas están más desarrollados, la capacidad pulmonar aumento, soy capaz de elongar mucho mas allá de lo que yo creí posible lograr habiendo empezado a los diez y nueve años. Pero más importante y evidente para mi es el cambio espiritual que el tae kwon do hizo en mi. Aprendí a que el “No puedo” es un estado mental, que mi crítica más dura siempre soy yo, que necesito mucha disciplina, orden y autocontrol para conseguir cualquier objetivo que me proponga en la vida (dentro y fuera del Dojan) que sin mis compañeros y mi Sabon, que me cuidan y me apoyan en este camino no habría llegado tan lejos, y que sin ellos definitivamente, no podría seguir.  

El tae kwon do es una forma de vida, al elegirla y mantenerla, nos regala enormes satisfacciones: conseguimos mejor técnica y maestría, cosechamos nuestras primeras victorias, y más importante aún, acompañamos los triunfos de nuestros compañeros, nada es más emocionante y conmovedor que ver pelear a un amigo, hacer poomse a una compañera o ver pelear por primera vez a ese primer protegido, que uno vio crecer y avanzar desde cinturón blanco.  Los compañeros de entrenamiento se vuelven parte de familia, y esta familia esta más que lejos de la violencia con la que se relacionan las artes marciales. Como artistas, deportistas, amigos y familia, nosotros no nos lastimamos, crecemos juntos en lo que más nos apasiona: El Tae kwon do.


viernes, 28 de septiembre de 2012

Ensayo sobre la noche



La noche fuente de inspiración.
Infinitas definiciones se agolpan en la mente cuando pienso en una forma de definir la noche, ese espacio obscuro capaz de suscitar la más amplia gama de sentimientos. Por eso decimos que la noche es la fuente de inspiración más vasta que se  ofrece a nosotros naturalmente.
Distinta es la noche de las demás fuentes de inspiración que encuentran los hombres en el ancho mundo, la noche es el único fenómeno natural que ha de despertar al menos una emoción en todas y cada una de las personas, a diferencia de la lluvia por ejemplo, que suele evocar tristeza y melancolía, las flores representando la hermosura, el amanecer que marca un nuevo comienzo, la noche puede ser todas esas cosas y muchas más, es que  ofrece una temática inagotable, matizada por la experiencia personal del inspirado. Podemos encontrar múltiples referencias y alusiones a la noche en la literatura de todo tipo, “En la noche de los tiempos” de Lovecraft, la noche cifra en el titulo  el sentimiento de terror, característico de las obras del genero gótico, que reina a lo largo de la novela.
Es también la noche es el refugio de los amores prohibidos, que se juran amor eterno tomando la luna por testigo, es cómplice también de múltiples ardides malignos contra bondadosos héroes y de conspiraciones secretas para derrocar traidores. La misma noche  protectora de los enamorados y justicieros, alberga también horrores indescriptibles, monstruos y fantasmas, brujas y sectas malignas eligen vivir cobijados en su obscuridad, prestos a realizar horribles rituales con la sangre de inocentes vírgenes sacrificadas. Es la noche, también, un espacio de reflexión, en el que grandes planes y teorías científicas fueron concebidas. Los largos desvelos, en la paz y la quietud nocturna son grandes motores de magnificas ideas y brillantes planes. La música se inspira también en la noche, de nuevo evocando el amor y la melancolía, la paz y la guerra, todo albergado en las sombras que danzan bajo el satélite lunar. Podemos incluso encontrar referencias a la noche arraigadas en las culturas, en México se celebra la noche de todos los muertos, festividad en la que según se dice las almas de los difuntos visitan a sus dolientes; la noche de San Juan que celebra la llegada del solsticio de verano, consiste principalmente en encender hogueras para darle fuerzas nuevas al sol; no podemos olvidar al tan televisado “Hallowen” Estadounidense, o noche de brujas. Y una referencia culturalmente más cercana es la “fiesta de 15”  es la noche en la que culebreamos el ingreso de una niña a la vida adulta, tampoco deberíamos olvidar la mundialmente aclamada “noche de bodas”,  que implica la consumación del matrimonio, aunque haya perdido algo de importancia.
En lo personal, la noche puede traer el desasosiego más implacable, llena de silencios en los que solo puedo escuchar mis propios pensamientos, restallando en mi cabeza como un látigo cruel, que lacera el corazón dejándolo en carne viva, de noche no hay donde correr, ni a quien abrazarse buscando refugio de uno mismo. Pero otras noches, las de desvelos con amigos, o las noches que intentamos emular a los amantes de los cuentos, esas son las que desearía que nunca acabasen, las horas de risas y locuras, de charlas filosóficas y de confesiones que solo pueden hacerse en el ambiente místico que la noche nos ofrece.
La noche, nos llega igual a todos y cada uno de los habitantes del mundo. No hay que viajar miles de kilómetros, ni esperar una determinada estación para verla. La noche con su negro manto, nos baña a todos por igual, encubriendo amores, urdiendo planes o alimentando algún odio. Todos y cada uno de nosotros tenemos a mano una noche, solo debemos esperar unas horas para verla. Concluimos entonces que  por su vastedad y accesibilidad, por la inmensidad de conceptos y sentimientos que al término “noche” pueden atribuírsele, la noche es la fuente de inspiración más completa de la naturaleza.