viernes, 28 de septiembre de 2012

Ensayo sobre la noche



La noche fuente de inspiración.
Infinitas definiciones se agolpan en la mente cuando pienso en una forma de definir la noche, ese espacio obscuro capaz de suscitar la más amplia gama de sentimientos. Por eso decimos que la noche es la fuente de inspiración más vasta que se  ofrece a nosotros naturalmente.
Distinta es la noche de las demás fuentes de inspiración que encuentran los hombres en el ancho mundo, la noche es el único fenómeno natural que ha de despertar al menos una emoción en todas y cada una de las personas, a diferencia de la lluvia por ejemplo, que suele evocar tristeza y melancolía, las flores representando la hermosura, el amanecer que marca un nuevo comienzo, la noche puede ser todas esas cosas y muchas más, es que  ofrece una temática inagotable, matizada por la experiencia personal del inspirado. Podemos encontrar múltiples referencias y alusiones a la noche en la literatura de todo tipo, “En la noche de los tiempos” de Lovecraft, la noche cifra en el titulo  el sentimiento de terror, característico de las obras del genero gótico, que reina a lo largo de la novela.
Es también la noche es el refugio de los amores prohibidos, que se juran amor eterno tomando la luna por testigo, es cómplice también de múltiples ardides malignos contra bondadosos héroes y de conspiraciones secretas para derrocar traidores. La misma noche  protectora de los enamorados y justicieros, alberga también horrores indescriptibles, monstruos y fantasmas, brujas y sectas malignas eligen vivir cobijados en su obscuridad, prestos a realizar horribles rituales con la sangre de inocentes vírgenes sacrificadas. Es la noche, también, un espacio de reflexión, en el que grandes planes y teorías científicas fueron concebidas. Los largos desvelos, en la paz y la quietud nocturna son grandes motores de magnificas ideas y brillantes planes. La música se inspira también en la noche, de nuevo evocando el amor y la melancolía, la paz y la guerra, todo albergado en las sombras que danzan bajo el satélite lunar. Podemos incluso encontrar referencias a la noche arraigadas en las culturas, en México se celebra la noche de todos los muertos, festividad en la que según se dice las almas de los difuntos visitan a sus dolientes; la noche de San Juan que celebra la llegada del solsticio de verano, consiste principalmente en encender hogueras para darle fuerzas nuevas al sol; no podemos olvidar al tan televisado “Hallowen” Estadounidense, o noche de brujas. Y una referencia culturalmente más cercana es la “fiesta de 15”  es la noche en la que culebreamos el ingreso de una niña a la vida adulta, tampoco deberíamos olvidar la mundialmente aclamada “noche de bodas”,  que implica la consumación del matrimonio, aunque haya perdido algo de importancia.
En lo personal, la noche puede traer el desasosiego más implacable, llena de silencios en los que solo puedo escuchar mis propios pensamientos, restallando en mi cabeza como un látigo cruel, que lacera el corazón dejándolo en carne viva, de noche no hay donde correr, ni a quien abrazarse buscando refugio de uno mismo. Pero otras noches, las de desvelos con amigos, o las noches que intentamos emular a los amantes de los cuentos, esas son las que desearía que nunca acabasen, las horas de risas y locuras, de charlas filosóficas y de confesiones que solo pueden hacerse en el ambiente místico que la noche nos ofrece.
La noche, nos llega igual a todos y cada uno de los habitantes del mundo. No hay que viajar miles de kilómetros, ni esperar una determinada estación para verla. La noche con su negro manto, nos baña a todos por igual, encubriendo amores, urdiendo planes o alimentando algún odio. Todos y cada uno de nosotros tenemos a mano una noche, solo debemos esperar unas horas para verla. Concluimos entonces que  por su vastedad y accesibilidad, por la inmensidad de conceptos y sentimientos que al término “noche” pueden atribuírsele, la noche es la fuente de inspiración más completa de la naturaleza.

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