La noche fuente de inspiración.
Infinitas definiciones se agolpan en la mente
cuando pienso en una forma de definir la noche, ese espacio obscuro capaz de
suscitar la más amplia gama de sentimientos. Por eso decimos que la noche es la
fuente de inspiración más vasta que se
ofrece a nosotros naturalmente.
Distinta es la noche de las demás fuentes de
inspiración que encuentran los hombres en el ancho mundo, la noche es el único
fenómeno natural que ha de despertar al menos una emoción en todas y cada una
de las personas, a diferencia de la lluvia por ejemplo, que suele evocar
tristeza y melancolía, las flores representando la hermosura, el amanecer que
marca un nuevo comienzo, la noche puede ser todas esas cosas y muchas más, es
que ofrece una temática inagotable,
matizada por la experiencia personal del inspirado. Podemos encontrar múltiples
referencias y alusiones a la noche en la literatura de todo tipo, “En la noche
de los tiempos” de Lovecraft, la noche cifra en el titulo el sentimiento de terror, característico de
las obras del genero gótico, que reina a lo largo de la novela.
Es también la noche es el refugio de los amores
prohibidos, que se juran amor eterno tomando la luna por testigo, es cómplice
también de múltiples ardides malignos contra bondadosos héroes y de
conspiraciones secretas para derrocar traidores. La misma noche protectora de los enamorados y justicieros,
alberga también horrores indescriptibles, monstruos y fantasmas, brujas y
sectas malignas eligen vivir cobijados en su obscuridad, prestos a realizar
horribles rituales con la sangre de inocentes vírgenes sacrificadas. Es la
noche, también, un espacio de reflexión, en el que grandes planes y teorías
científicas fueron concebidas. Los largos desvelos, en la paz y la quietud
nocturna son grandes motores de magnificas ideas y brillantes planes. La música
se inspira también en la noche, de nuevo evocando el amor y la melancolía, la
paz y la guerra, todo albergado en las sombras que danzan bajo el satélite lunar.
Podemos incluso encontrar referencias a la noche arraigadas en las culturas, en
México se celebra la noche de todos los muertos, festividad en la que según se
dice las almas de los difuntos visitan a sus dolientes; la noche de San Juan
que celebra la llegada del solsticio de verano, consiste principalmente en
encender hogueras para darle fuerzas nuevas al sol; no podemos olvidar al tan
televisado “Hallowen” Estadounidense, o noche de brujas. Y una referencia
culturalmente más cercana es la “fiesta de 15”
es la noche en la que culebreamos el ingreso de una niña a la vida
adulta, tampoco deberíamos olvidar la mundialmente aclamada “noche de bodas”, que implica la consumación del matrimonio,
aunque haya perdido algo de importancia.
En lo personal, la noche puede traer el desasosiego
más implacable, llena de silencios en los que solo puedo escuchar mis propios
pensamientos, restallando en mi cabeza como un látigo cruel, que lacera el corazón
dejándolo en carne viva, de noche no hay donde correr, ni a quien abrazarse
buscando refugio de uno mismo. Pero otras noches, las de desvelos con amigos, o
las noches que intentamos emular a los amantes de los cuentos, esas son las que
desearía que nunca acabasen, las horas de risas y locuras, de charlas filosóficas
y de confesiones que solo pueden hacerse en el ambiente místico que la noche
nos ofrece.
La noche, nos llega igual a todos y cada uno de
los habitantes del mundo. No hay que viajar miles de kilómetros, ni esperar una
determinada estación para verla. La noche con su negro manto, nos baña a todos
por igual, encubriendo amores, urdiendo planes o alimentando algún odio. Todos
y cada uno de nosotros tenemos a mano una noche, solo debemos esperar unas
horas para verla. Concluimos entonces que
por su vastedad y accesibilidad, por la inmensidad de conceptos y sentimientos
que al término “noche” pueden atribuírsele, la noche es la fuente de
inspiración más completa de la naturaleza.